El vuelo que se desvaneció con el arte

Era la madrugada del 30 de enero de 1979. En el aeropuerto de Narita, Japón, un Boeing 707-323C de la aerolínea brasileña Varig se preparaba para despegar. No llevaba pasajeros, solo seis tripulantes y una carga muy especial: 153 obras de arte del pintor Manabu Mabe, valoradas en más de un millón de dólares. El destino final era Río de Janeiro, con escala en Los Ángeles.

El capitán al mando era Gilberto Araújo da Silva, un piloto veterano con más de 23.000 horas de vuelo. Curiosamente, había sobrevivido a un accidente aéreo en París seis años antes, en el que murieron 123 personas. Aquella noche, sin saberlo, se embarcaba en su último vuelo.

La historia comienza cuando el avión despegó sin incidentes. Treinta minutos después, cuando sobrevolaba el Pacífico, desapareció del radar. No hubo señales de emergencia. No hubo llamadas de auxilio. Simplemente se desvaneció.

Después del incidente y durante días, aviones y barcos buscaron restos en el mar. Nada. Ni una mancha de combustible. Ni una caja. Ni una sola de las valiosas pinturas. El avión y su contenido se esfumaron como si nunca hubieran existido.

Las teorías no tardaron en surgir: ¿una falla catastrófica? ¿Un secuestro? ¿Un encubrimiento? Algunos incluso lo vincularon con el enigmático “Triángulo del Dragón”, una zona del Pacífico con fama de devorar barcos y aviones como su primo atlántico, el Triángulo de las Bermudas.

Pero lo más inquietante es que, más de cuatro décadas después, no se ha encontrado ni un solo fragmento del avión. Ni del fuselaje. Ni de las pinturas. Ni de los cuerpos.

el avión de Varig era efectivamente un vuelo de carga. El Boeing 707-323C estaba operando como transporte exclusivamente de mercancía, sin pasajeros a bordo. Su carga principal eran las valiosas obras del pintor Manabu Mabe, y el vuelo estaba registrado como una operación de carga intercontinental entre Tokio y Río de Janeiro, con escala técnica en Los Ángeles.

Esto lo convierte en uno de los casos más enigmáticos de desaparición de un avión de carga en tiempos modernos, ya que no dejó rastro ni de su contenido ni de su tripulación, a pesar de la amplia zona de búsqueda desplegada en el Pacífico.

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